Mi madre era modista. De pequeños nos hacía toda la ropa a los tres y en mi caso, hasta bien pasada la adolescencia. «Ama, quiero hacerme esto…”, se lo dibujaba y me lo hacía. Ella le daba vida a todo lo que se me ocurría.

Con el tiempo tuvo que dejar de coser y la verdad es que ahí pasé por una mala racha. Íbamos de compras y no me gustaba nada de lo que veía. Llevaba muchos años de mi vida acostumbrada a otra cosa.

Soy feliz creando y asesorando. El último año de vida de mi madre, decidí sacarme el título de Personal Shopper y Asesoramiento de Imagen. 

Me enganché tanto al curso que lo devoré. Fueron 6 meses de formación y luego 3 meses de prácticas.

Me lo saqué a escondidas de mi familia, porque siempre me han animado a que lo hiciera. Quise darles una sorpresa, con título en mano, pero a mi madre se lo tuve que decir. Llevaba ya casi cuatro años enferma de cáncer y veía que no lo iba a poder ver, así que se lo dije, creo que en el mejor de los momentos.

Fueron pocas las noches de hospital, pero se hacían bastante más llevaderas. Yo le leía al oído, en voz baja, y ella con los ojos cerrados, asentía. Compartimos una pasión común, inculcada en mí por ella, durante los últimos días de su vida. A mi parecer, bonita despedida.

En junio de 2012 falleció. Maite Calvo se llamaba. 

Al tiempo de morir, me hice un tatuaje donde más duele, en las costillas del lado izquierdo y cerca del corazón. Me tatué un corazón con sus iniciales dentro, las iniciales que ella llevaba en un sello de oro que heredé tras su muerte. M.C.

Y fíjate cómo son las cosas, que al tiempo es cuando decidí crear un lugar sagrado que surge de su nombre: www.missclov.com. Maite Calvo = Miss Clov.

Surge del tremendo vacío que nos dejó una madre valiente y luchadora, que nos enseñó precisamente a eso, a luchar, a caer y aún con heridas, a levantarnos. Y eso hice, caer, levantarme y seguir, quizás más fuerte que nunca.

En un curso de copywritting aprendí, que cuando un nombre, un negocio o similar tiene una historia detrás, hay contarla.

Ahora llevo el logo tatuado en el otro costado.

Si ya has adquirido alguno de los artículos que ves en esta web, quiero decirte, de todo corazón, que te estaré eternamente agradecido/a por querer contar esta historia conmigo.

Un fuerte abrazo,

Rebeca